CREANDO FUTURO: UNA VISIÓN EN PAPEL QUE HOY ES REALIDAD

Una idea clara. Una idea clara, concisa y un objetivo que se cumplió y pasó de una hoja de papel, dibujada con una lapicera en medio de un trabajo que no era propio, y que creció hasta volverse una realidad. 

Lucas Ludueña, tiopujense. Propietario de Suburbio Club es el protagonista del cuarto capítulo de Creando Futuro. El espacio de La Coope Radio destinado a los emprendedores locales y sus experiencias personales. 

Suburbio Club cumplió el 9 de agosto sus primeros 8 años de vida. Una vida que inició con un pequeño patio cervecero, que funcionaba en épocas cálidas, hasta hoy en donde es un complejo que cuenta con boliche y pub, y que emplea directamente a unas 70 personas de la localidad. 

Todo empezó con un papel y una birome. Una birome: otro invento argentino. 

Lucas Ludueña es mecánico recibido de la Escuela del Trabajo. Era empleado de una industria láctea. Pero antes que eso, él es emprendedor y no de cualquier rubro: él quería ser emprendedor bolichero, y lo logró. 

La historia inició hace varios años más. Allá por su adolescencia, junto a sus hermanos, colaboraba en un pub tiopujense, que era de sus tíos. 

En aquella época le picó el bichito de la noche y nunca dejó de soñar. 

A través de su trabajo como operario lácteo, logró comprar un sitio propio y empezar a desandar su proyecto de vida. 

Un pequeño trozo de papel, en donde dibujó su idea de local, fue el objetivo que se puso para su vida: y lo logró. 

"Abrimos un verano, y fue corto porque dependíamos del clima. Cuando vino el frio cerramos”, recuerda el joven. El primer Suburbio Pub era un emprendimiento de amigos y familiares que se sumaron a acompañarlo. Primero Pub, después boliche. Siempre con el mismo objetivo en la cabeza. 

Trabajando los fines de semana con eventos, y dedicando de lunes a viernes a hacer obras y mejorar el espacio para atender a quienes llegan a divertirse. Capacitándose. Aprendiendo sobre la marcha y aplicando. 

“Me recibí de mecánico, trabajé de mecánico, después en la láctea. Pero a mi siempre me gustó trabajar en lo público. Con público. Trabajé en merenderos, y siempre me gustó la diversión”, enumera Ludueña, quien logró en Suburbio condensar tanto su gusto por las relaciones públicas, como su atractivo hacia los eventos recreativos. 

“Esa idea que estaba en mi mente la logré bajar a la realidad. El nombre Suburbio surgió de la época de la escuela secundaria. Con mis amigos éramos los del suburbio, los de afuera”, y el nombre quedó. 

Emprender un negocio no es fácil, en la noche es más complejo aún. El cuerpo no está acostumbrado a la vida en deshoras. Todo esfuerzo es doble. Aun así, Lucas Ludueña no se queda quieto, e incluso mira para atrás, pero sólo para tomar aire y seguir. 

“En momentos como este donde uno se pone a ver fotos viejas y puede ver todo lo que se hizo. Esto es como una carrera, en donde uno puede mirar para atrás pero poquito. Siempre pienso más en visionar que en recordar”, dice. 

La mente del emprendedor no se relaja y quiere seguir creciendo. 

“Me pone contento y disfruto ver desde donde venimos, y me hace sentir que valió la pena, pero soy más de visionar”, destaca y agrega, “ver de dónde venimos, y toda esta carrera, me hace sentir contento. No todos los días pasarán cosas buenas o cosas. Pero ahora uno está contento porque es lo que uno quiere hacer”. 

Lucas Ludueña dedicó un párrafo especial a los años de pandemia, que impactaron de lleno en su actividad, y recordó que fue muy complejo para todos. 

"Mi vida en particular se desarticuló totalmente. Me tocó perder familiares y despedir amigos. Nosotros personalmente decidimos emprender otros rubros, porque era eso o que nos comieran los piojos”, señala. 

“Ahí emprendimos con el tema gastronomía, con una rotisería que hasta el día de hoy sigue funcionando”, expresó.  
Con el tiempo inició otro emprendimiento, Ghetto, que fue adaptándose a las habilitaciones de la pandemia y que también logró instalarse como el pub local. 

De una idea, a tres negocios que funcionan hasta el día de hoy, pero no deja de emprender y sigue proyectando. 
Inició con la actividad del “Suburbio Tour”, que ya pasó por localidades como James Craik o Villa Nueva. 

Todo por crecer. Mucho trabajo hasta llegar hasta hoy, pero una carrera incesante para seguir mirando hacia adelante, como a Lucas le gusta. Siempre visionando.