VIRUELA DEL MONO: LOS DATOS A TENER EN CUENTA A CARGO DE UN ESPECIALISTA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria internacional por nuevos brotes de Viruela del Mono en personas, y en nuestro país ya se contabilizan varios casos en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y el Litoral.
En este sentido, el médico veterinario y docente del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María, Maximiliano Lamberti respondió algunos interrogantes en torno a esta enfermedad.
Lamberti se desempeña en materias como enfermedades infecciosas, biología molecular y microbiología de Medicina Veterinaria, en la UNVM y, además de su formación de base, es magister en Microbiología con orientación en investigación de salud Humana por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
¿Qué es la Viruela del Mono?
La Viruela del Mono, o Viruela Símica, es una enfermedad infecciosa causada por un virus que regularmente se manifiesta a través de erupciones dolorosas en el cuerpo, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre. Si bien cualquier persona puede contraerlo, en la mayoría de los casos las personas se recuperan totalmente.
¿De dónde proviene?
La cepa del virus fue descubierta el siglo pasado en monos que se utilizaban para investigaciones en Dinamarca. Mientras que el primer caso en humanos fue reportado casi 15 años más tarde en la República Democrática del Congo en un niño de 9 meses. En lo que respecta al vector de contagio si bien surge en el mundo animal es mucho más frecuente el traspaso de persona a persona.
La Viruela Símica, tuvo una emergencia paulatina en África Central, Oriental y Occidental tras la erradicación de la viruela en 1980 y con el fin de la vacunación antivariólica en todo el mundo.
Los contagios, en amplia escala, reaparecieron entre 2022 y 2023 en lo que fue un brote mundial del cual se desconoce el reservorio natural del virus, aunque asumen proviene de mamíferos vulnerables a la cepa, como pueden ser ardillas y monos.
¿Cómo se transmite?
La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto directo con lesiones infecciosas de la piel o de otras zonas, como la boca o los genitales, secreciones respiratorias. Además, tiene la particularidad de que puede transmitirse a partir del contacto con objetos contaminados como ropa de vestir o de cama.
Es importante considerar que el paciente diagnosticado con este tipo de viruela es contagioso hasta el momento en que todas las lesiones hayan cicatrizado y se haya renovado la piel. La mayoría de los casos se recuperan en 2-4 semanas.
¿A qué síntomas hay que estar alerta?
La OMS recomienda acudir al médico en casos donde se presenten erupción cutánea, fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados. En algunos casos el primer síntoma es una erupción cutánea, pero otros pueden presentar antes síntomas diferentes, por lo que es importante estar alerta en este contexto de brote.
En lo que respecta a la erupción, esta comienza como una mancha que se convierte en una vesícula llena de líquido y puede picar o doler. A medida que la erupción se cura, las lesiones se secan y se cubren de costras que terminan desprendiéndose de manera natural del cuerpo. A su vez, la cantidad de lesiones que aparecen puede variar en cada caso y suelen estar presentes en las palmas de las manos y pies, cara, boca, garganta, ingle, genitales y ano.
Además, la enfermedad puede venir acompañada de hinchazón dolorosa del recto o dificultad y dolor para orinar.
En caso de contagio, ¿Cómo prevenimos su propagación?
Es importante permanecer en casa, incluso evitando el contacto con otras personas que habiten el mismo hogar y no compartir, sobre todo, elementos de higiene personal. Además, lavarse las manos de manera recurrente con agua y jabón, no tocarse las lesiones, usar tapabocas y cubrirse las lesiones en presencia de otras personas hasta que se cure la erupción.
Es muy importante no reventar las ampollas ni rascarse las lesiones, ya que eso puede ralentizar la curación, extender la erupción a otras partes del cuerpo e infectar las lesiones. Tampoco no afeitarse las zonas con lesiones hasta que se hayan caído las costras y regenerado por completo la piel, ya que de esa forma puede extenderse a otras partes del cuerpo.
¿Existe una vacuna para esta enfermedad?
Actualmente existen tres vacunas que pueden ser utilizadas contra la viruela símica. Si bien fueron desarrolladas para erradicar lo que fue el brote de la conocida viruela, tras muchos años de investigación se pudo comprobar que tres de ellas (MVA-BN, LC16 y OrthopoxVac) pueden ser utilizadas para prevenir la infección y/o enfermedad grave causada por la viruela símica.
No obstante a ello, los especialistas sólo recomiendan vacunarse a aquellas personas que estén en situación de riesgo, como lo pueden ser personas que han tenido contacto directo con otra persona que tenga viruela símica o alguien que pertenezca a un grupo de alto riesgo por exposición. Actualmente, y pese a este brote, aún no se recomienda la vacunación masiva en países como Argentina por no considerarse de tipo endémico. Esto no quiere decir que no haya que tomar medidas preventivas, sino que por el momento se lo consideran casos aislados.
Esto es importante tenerlo en cuenta porque hoy existe una sensibilización en la población general en torno a este tipo de enfermedades por lo que fue la pandemia de Covid-19, pero muchas veces se utilizan términos como ‘pandemia’ o ‘letalidad’ sin atender correctamente a su significado.
Por eso es relevante que la población pueda informarse en torno a datos certeros y los mismos especialistas podamos apropiarnos cada vez más del concepto de ‘una salud’, permitiéndonos abordar la salud animal, ambiental y humana de manera íntimamente relacionada.